martes, 31 de marzo de 2009

Literalgia I: Surcar el Universo


A una distancia de tres sueños profundos de la galaxia más cercana, en un planetoide provisto de tres lunas que se ponían una tras la otra en el horizonte, un niño miraba la sábana cósmica de las estrellas. A través la asimetría de un ventanal con cristales hechos de pensamientos, la abismal mirada celeste del pequeño paseaba la vista por aquél increíble puntillismo estelar.

-Mamá... una estrella se está apagando- dijo el chiquillo en un idioma que adivinamos como ajeno y alienígena, y que pretendemos traducir según lo que dicta la imaginación.

Tres sueños galácticamente más próximos a esta irrealidad, en la quietud crispada de nuestro planeta, el calendario occidental precisaba a las fragiles consciencias su ubicación temporal: 28 de marzo de 2009

Ese día, un reducido grupo de humanos convino disminuir el luminoso artificio con el que la sociedad suele opacar la luz de las estrellas, argumentando que de esa manera manifestarían a los demás su preocupación por la perturbación reciente de la temperatura planetaria. Y así como intento contarlo, así intentaron apagar la incandescencia eléctrica que sobrecalienta los bombillos y la faz terrestre.

Allende las tres ilusiones que distancian la mirada celeste del niño extraterrestre del intento humano (como son todos los intentos: irremediablemente humanos); la luz menguada del planeta Tierra se hizo una estrella opaca en el mirar sin tiempo del niño. 

En aquél planeta del cual desconozco el nombre, corría el año 1509 cuando una mínima porción de la humanidad terrestre acordó sofocar la incandescencia ponzoñoza de un fulgor artificial y el niño apenas tuvo cuenta de aquél bienaventurado deseo al contemplar cómo se mitigaba la luz de la vida.
 
Tuvieron que pasar quinientos años entre este momento y el año 2009 en aquél astro para que al fin se apagara la luz de esta estrella. Minutos más tarde o generaciones ulteriores al niño que observó la naciente opacidad de esta nuestra tierra; otro niño con mirada de ocre vio cómo esa misma estrella tuvo un momento de exquisito fulgor antes de apagarse por completo, como un desconsolado intento por brillar perpetuamente en la universalidad del recuerdo.

Y así, una nostalgia cósmica se transparentó en los ojos del niño extraterrestre que, a la distancia, fue testigo impensado e incosciente del fin de nuestro mundo.


5 comentarios:

Wordsmith Miyamoto dijo...

Y EL NIÑO ALIENÍGENA SE FUE A DORMIR TRANQUILAMENTE PARA LUEGO SOÑAR QUE ALGÚN DÍA TODAS LAS DEMÁS ESTRELLAS PERECERÍAN... AL IGUAL QUE LA SUYA. ENTONCES DESPERTÓ Y ESCRIBIÓ UNA HISTORIA. LA CONTRAPARTE DE LA TUYA.
NO SÉ SI PARECE CÓMICO EL HECHO DE QUE APLAUDA TUS TEXTOS JAJA PERO DEFINITIVAMENTE SON ORO.

LuA Cruz dijo...

Sublimemente me has hecho estremecer con el niño (extraterrestre) que mira cómo el brillo de una estrella lejana se desvanece y esa estrella es la Tierra.

(Aplausos)

Esto es lo que le dije a Andrea:

"yo veo a dos Darinkas:
la que se refugia tras las palabras y la que se enfrenta a la cotidianeidad de la realidAD Y DE VERDAD QUE SON DISTINTAS"

Parece que vives y te desenvuelves en dos realidades distintas.

fantasmadecant dijo...

PERSPECTIVAS.

Al Iceberg le
encanta el helado
de fresa Santa
Clara.

Se escribe, como autor, desde donde
colocamos la mirada, el oído o el tacto. Pero sobre todo, se escribe desde el procesamiento de la información neuronal, como eje cognitivo de nuestra inventio (creatividad). Esto es, la escritura representa siempre un modo de ver, sentir, oír.En dos direcciones:interna y externa. La primera, es un ir y venir del pensamiento, que a veces supone un acuerdo de sí; la segunda es un trabajo deíctico sobre las palabras para contactar, acariciar, convencer a los posibles lectores. Aquí lo mejor, supongo, es no interpelarlos directamente, porque se genera un ambiente desagradable.

Por eso, la escritura permite elaborar una situación desde la cual es posible mover el universo (por lo menos el simbólico, una suerte de punto arquímédico de la imaginación).

La perspectiva es la situación a partir de la cual se ejerce la escritura. Y más bien, se puede decir en plural:perspectivas. ¿Por qué? Porque el mundo del autor no necesariamente tiene que coincidir con el mundo de la obra que él escribió. Ni tampoco, con el mundo del lector. Una cosa es la perspectiva de la obra (la inventio
como evidencia), y otra la perspectiva del autor y sus batallas cotidianas y angustias interminables, por decir algo.

En la escritura, hay también varias perspectivas: una, relatar los hechos desde un futuro, como si el presente fuera pasado; otra, contar los sucesos desde el pasado, como si el presente fuera futuro; una más, narrar desde el presente como presente. Además, se hacen valer los deíctos para vivenciar las historias con verosimilitud.

Las perspectivas del autor en su mundo diario, sin embargo, no son tan plenas como en la ficción a la que da vida. El presente y sus horizontes son determinantes del stress circundante y desgastante.El autor en pleno proceso creativo debe posponer su itinerario para dar paso a su obra.

Desde luego, es innegable: tiene un pasado y un presente, no así un rumbo fijo para su futuro. Sus perspectivas son tridimensionales:
factuales.

De cualquier modo, me gusta imaginar al autor feliz. Frente a la hoja de papel con escritura y la diaria tarea de producir adrenalina neuronal y corporal a través de las ideas.

¿Cómo no ver al autor, como dos personalidades disímbolas? Si las perspectivas de la inventio son unas y las perspectivas del mundo real son otras. De cualquier manera
en el trabajo estético siempre está presente la posibilidad (como un apriori, locuaz) del ideal concreto de la fusión de horizontes:autor, texto, lector. En una experiencia que no deja a ninguno-nunca- igual.

Escribir, leer, mirar, escuchar,tocar. La perspectiva es un mundo. Vayamos a él, inventemos también un mundo propio, diferente, a través de los textos.
Escribir hace al ser humano un ser menos desagradable de como se es en la vida diaria. De alguna manera, no hay escritor feo o infeliz en el acto de la inventio.

Andrés Soto dijo...

maravillosa historia...

pero demasiados adjetivos!

Literalgia dijo...

Hola Darinka. Qué curioso. Yo tengo un blog llamado Literalgia desde el 2007. Pero yo le di otro significado: literatura con dolor.
Espero que lo visites:
www.literalgia.blogspot.com

Un gusto conocerte.

Jaime