¿Qué historias nos traerá este festval? De entrada yo me quedo con los tres principales... Paramore, inaceptable; nunca he gustado del happy punk. En fin, que yo iré a ver a Trent Reznor.
El mundo de la crítica en los medios de comunicación todavía está lleno de vacíos, y en muchos casos son verdaderos abismos. Asomarse a esos desfiladeros en verdad provoca dolores de cabeza epistemológicos. No sólo escalofríos, como en alguna ocasión enunció Gaston Bachelard.Es el caso de la crítica o del mero comentario musical, donde habitar resulta una verdadera insensatez.Y, por supuesto, aquí no hay ninguna wikipedia real o imaginaria que pueda salvarnos.
Si bien la pintura -para poner otro caso insensato- pasa por la televisión e Internet, todavía su ámbito crítico responde a las exigencias de los museos y a su culta élite de perceptores. Aún así la imagen pictórica es un claro ejemplo del desértico espectro metodológico para ejercer su análisis, más allá de las tentativas esteticistas de los propios pintores.
Michel Foucault en un texto pionero "La pintura de Manet", comprendió que las bases para su hermenéutica del impresionismo eran demasiado particulares para proponerse como modelo o esquema general con el cual operar otro tipo de interpretaciones de corrientes o propuestas pictóricas. A pesar de la alta representatividad del impresionismo -y Manet- sobre las figuras del siglo XX.
Con la música ocurre algo peor. De entrada, la música está ya muy presente en los medios; puede considerarse un macro discurso mediático. Entonces, urge ya pensar qué significa su crítica (por más descriptiva e insensata que esta sea).
La palabra interpretación en la música tiene dos acepciones por lo menos. Interpretación significa ejecución. Es decir, personas formadas en la cultura y educación musical interpretan con instrumentos y voces los signos escritos en una partitura. Dicha interpretación da como resultado, por ejemplo, un concierto.
Pero interpretación también es la apreciación que da un escucha o perceptor de la música, y a veces lo hace por escrito. En forma de crítica o de exégesis. Pero qué requisitos debe reunir un intérprete crítico de la música, cómo se legitima su escritura; cuál es el procedimiento analítico y emocional que puede leerse en las marcas de su discurso. Más allá de la simple opción de "me gusta", este grupo es bueno, este otro es "chafita", no me place, etcétera.
Un crítico de música (de entrada ya insensato) debe poseer -como todo crítico- un horizonte muy amplio para abarcar todas las propuestas. Digamos que el gusto es suficiente, pero no basta si se quiere comunicar algo más a los demás.
El crítico debe tener conocimientos académicos de música (saber leer partituras); sin duda, un background cultural especial, y por lo menos seguir las tendencias y corrientes, identificar los autores marco y sus periferias. Lo cual supone una tarea titánica (por eso, insensata).
En la música como en la literatura -y en qué rama no es así- se opera por comparación para valorar sus productos, la disquisición es básica.
¿Cómo hacer hermenéutica de la música? Prácticando una doble insensatez: razonar y amar, al unísono. Cerebro y corazón de la mano.
a. Escuchar y disfrutar las melodías en cuestión (efectos fruición como estructuras elementales);
b.identificar el horizonte de recepción de la obra (contexto y corriente);
c.fusionar el horizonte propio del crítico con el horizonte del disco,para experimentar la verdad poética de la propuesta;
d.interrogar sobre un cúmulo de cuestiones a la obra: valor estético, ético, comercial, racional, pasional, antivalores, congruencia de su autor (caso, Bono; por ejemplo).
e.describir y documentar la crítica escrita;
f.siempre ubicar la obra musical (parte) dentro de un todo más amplio y general, para valorar su sentido;
g. sin descalificar, exponer argumentos de peso sobre las melodías en cuestión;y,
h. cobrar por este trabajo de crítica; ya que en verdad es un trabajo ser crítico musical: una batalla con el tiempo.
Estos insensatos apartados no son secuenciales; digamos que en el primero se agolpan todos los demás; y así nuestro cerebro aprende a disfrutar con razones lo que el corazón hace ya muchos ayeres hace con las emociones.
2 comentarios:
¿CÓMO SE INTERPRETA LA MÚSICA?
El mundo de la crítica en los medios de comunicación todavía está
lleno de vacíos, y en muchos casos son verdaderos abismos. Asomarse a esos desfiladeros en verdad provoca
dolores de cabeza epistemológicos.
No sólo escalofríos, como en alguna
ocasión enunció Gaston Bachelard.Es
el caso de la crítica o del mero comentario musical, donde habitar resulta una verdadera insensatez.Y,
por supuesto, aquí no hay ninguna wikipedia real o imaginaria que pueda salvarnos.
Si bien la pintura -para poner otro caso insensato- pasa por la televisión e Internet, todavía su ámbito crítico responde a las exigencias de los museos y a su culta élite de perceptores. Aún así
la imagen pictórica es un claro ejemplo del desértico espectro metodológico para ejercer su análisis, más allá de las tentativas esteticistas de los propios pintores.
Michel Foucault en un texto pionero
"La pintura de Manet", comprendió que las bases para su hermenéutica del impresionismo eran demasiado particulares para proponerse como modelo o esquema general con el cual operar otro tipo de interpretaciones de corrientes o propuestas pictóricas. A pesar de la alta representatividad del impresionismo -y Manet- sobre las figuras del siglo XX.
Con la música ocurre algo peor. De entrada, la música está ya muy presente en los medios; puede considerarse un macro discurso mediático. Entonces, urge ya pensar
qué significa su crítica (por más descriptiva e insensata que esta sea).
La palabra interpretación en la música tiene dos acepciones por lo menos. Interpretación significa ejecución. Es decir, personas formadas en la cultura y educación musical interpretan con instrumentos y voces los signos escritos en una partitura. Dicha interpretación da como resultado, por ejemplo, un concierto.
Pero interpretación también es la apreciación que da un escucha o perceptor de la música, y a veces lo hace por escrito. En forma de crítica o de exégesis. Pero qué requisitos debe reunir un intérprete crítico de la música, cómo se legitima su escritura; cuál es el procedimiento analítico y emocional que puede leerse en las
marcas de su discurso. Más allá de la simple opción de "me gusta", este grupo es bueno, este otro es "chafita", no me place, etcétera.
Un crítico de música (de entrada ya insensato) debe poseer -como todo crítico- un horizonte muy amplio para abarcar todas las propuestas. Digamos que el gusto es suficiente, pero no basta si se quiere comunicar algo más a los demás.
El crítico debe tener conocimientos
académicos de música (saber leer partituras); sin duda, un background cultural especial, y por
lo menos seguir las tendencias y corrientes, identificar los autores marco y sus periferias. Lo cual supone una tarea titánica (por eso, insensata).
En la música como en la literatura -y en qué rama no es así- se opera por comparación para valorar sus productos, la disquisición es básica.
¿Cómo hacer hermenéutica de la música? Prácticando una doble insensatez: razonar y amar, al unísono. Cerebro y corazón de la mano.
a. Escuchar y disfrutar las melodías en cuestión (efectos fruición como estructuras elementales);
b.identificar el horizonte de recepción de la obra (contexto y corriente);
c.fusionar el horizonte propio del crítico con el horizonte del disco,para experimentar la verdad poética de la propuesta;
d.interrogar sobre un cúmulo de cuestiones a la obra: valor estético, ético, comercial, racional, pasional, antivalores, congruencia de su autor (caso, Bono; por ejemplo).
e.describir y documentar la crítica escrita;
f.siempre ubicar la obra musical (parte) dentro de un todo más amplio y general, para valorar su sentido;
g. sin descalificar, exponer argumentos de peso sobre las melodías en cuestión;y,
h. cobrar por este trabajo de crítica; ya que en verdad es un trabajo ser crítico musical: una batalla con el tiempo.
Estos insensatos apartados no son secuenciales; digamos que en el primero se agolpan todos los demás; y así nuestro cerebro aprende a disfrutar con razones lo que el corazón hace ya muchos ayeres hace con las emociones.
Tss, asco, los odio ya mucho assco.
Me kedo igual c/Reznor y ajuera los Paramore, muy cagambas pa mí.
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