Soy hija en línea directa del futbol. Habiendo finalizado la euforia mundialista inmediata y quedándonos apenas con las cenizas de una apasionada aunque insípida Sudáfrica; vengo a contarles una bonita historia futbolera, digna de ser comentada como curiosa anécdota en el medio tiempo.
Tuve la gracia de nacer justamente un año después del mundial de 1986 en México. Todavía sonaba esa alegre cantaleta: “El equipo tricolor tiene mucho corazón y en la cancha lo demostrará…” en voz de una jubilosa pandilla que hacía poco con la garganta y menos con los pies.
Desde ese entonces ya estaba marcado mi destino. Quiso el acomodo de cromosomas que naciera mujer y la disposición de los días que naciera en junio. Karen ya me llamaba desde antes de que naciera, el problema a debatir al interior de la familia era cuál sería el segundo apelativo de ese bebé que ya tenía nombre en caso de nacer, como finalmente terminó siendo, una niña.
Primer tiempo: conociendo la cancha
Tuvo mi papá la tremebunda idea de nombrarme Karen Elizabeth… (Este es un buen momento en el relato para espeluznarse). ¿Qué cómo fue que pensó llamarme de ese modo? Supongo que es fácil si nos trasladamos al pensamiento de un hombre de veintiún años viviendo las postrimerías de los ochentas.
Y un día (porque en todo buen cuento siempre llega el día) llegó mi tío a la casa con una sonrisa en el rostro y una hermosa propuesta para nombrar a su recién llegada sobrina.
Darinka dijo, y al unísono todos respondieron con un largo “¿cómoooo?”. Darinka repitió y la familia entera preguntó nuevamente mientras se rascaban la cabeza de dónde había sacado semejante mote tan singular, insólito y hasta pasado de ordinario.
La explicación es tan fácil como cómica, justificada tanto por la época como por las circunstancias y los personajes de esta historia. Aficionado histórico del futbol como muchos millones más en este país, devoto americanista y siempre atento a los resultados de cada torneo, mi tío no fue ajeno a ese mosaico de historias en torno al mundial en 1986.
Sepa usted que el director técnico de aquél equipo tricolor era ni más ni menos que el yugoslavo Bora Milutinović, ese simpatiquísimo individuo quien fue además jugador en los Pumas de la UNAM. Pues bien, ese hombre tiene una hija y se llama Darinka. Mi tío lo escuchó de la misma boca del entrenador en alguna entrevista y le pareció un magnífico apelativo para su recién nacida sobrina. Tan-tan; he ahí la explicación.
Aquéllos curiosos que se han interesado en conocer la historia nominal de quien suscribe estas palabras, siempre suponen de antemano que fue un nombre escogido con premeditación poética y reflexionado no sólo por la disposición fonética, sino pensado además con sumo interés del significado de éste. ¡Qué va! Me llamo Darinka y es un nombre ciento por ciento futbolero.
Segundo tiempo: La democracia empieza en casa
Si usted se pregunta por qué fue mi tío quien me nombró y no mi papá, sus cuestionamientos están firmemente sustentados en una tradición histórica corriente. Naturalmente mi padre hizo un respingo al escuchar al osado que quiso llamar de modo tan extraño a su única hija.
El Karen ya era inobjetable, así me llamaban todos y punto; lo siguiente fue una breve pero sustanciosa discusión por el segundo nombre. Que si Karen Elizabeth o Karen Darinka… hasta pensaron en registrarme con los tres nombres: Karen Darinka Elizabeth, todo un espanto desde que son tres y ya se sabe que quien tiene tres apelativos se debe casi siempre a que no hubo un cordial acuerdo en casa y todos metieron su cuchara.
¿Cómo decidir, entonces? Diríase, como en cualquier partido de futbol, que un volado es la forma más democrática de decisión o la técnica comodina de dejar en manos del azar lo que no somos capaces de determinar. Si usted piensa que lo dejaron a un volado, cae usted en un segundo o hasta un tercer error. Lo cierto es que se lavaron las manos y le dejaron la responsabilidad ni más ni menos que al azar más ocurrente del que pudieron echar mano.
Un juego de poker fue el accidentado comisionado de escoger mi nombre. Y ya sabrá usted quién ganó…
Tiempos extras: de la mano de Dios a sus regalos
Yo no supe qué significaba mi nombre hasta hace algunos años. Mi tío sabía, claro está, pero nunca se le dio la gana decirme. Darinka significa en yugoslavo regalo de Dios.
Veintitrés años y seis copas mundiales después sabemos que Yugoslavia ya no existe con ese nombre sino con el de Serbia y su perpetuo Belgrado; que la mano de Dios apareció en el mundial del 86 en el estadio azteca y que el regalo de Dios (supuestamente) cayó en mi casa un año después.
Pero Dios es mucho menos frecuente que otras diabólicas apariciones. Y en este caso, quién sabe si fue una mano de Dios o del diablo la que hizo ganar a mi tío ese juego de poker y por la que me llamo como me llamo.
Así que me llamo Darinka y le voy a los Pumas.
20 comentarios:
Curiosidades de la vida. Mi segundo nombre es Muriel y todo se debió a que mi Tío/Padrino recomendó ese nombre y le modificó la idea a mi mamá de llamarme Frida Citlalli , en mi opinión me gusta más Citlalli que Muriel, pero qué se puede hacer, lo decidió mi padrino y a lo largo de mis 17 años nunca me ha dicho Muriel, me dice chaparra.
Ya debrayé bastante, pero en conclusión: me gusta tu nombre, que bueno que ganó tu tío ese juego de poker :)
Saludos
(Estremecida por la coincidencia)
¡Mi tío también es mi padrino!
Mi intuición no estaba tan perdida. Que seas pambolera es genial, y que le vayas a los Pumas es genial. Guardo aún tus chocolates...
¡Qué bonita historia!
Es una verdadera gracia que tu tío haya ganado el juego porque tu nombre es bonito y te va bien.
Arturo: Prometo cobrar esos chocolates pronto antes de que se hagan rancios (los chocolates y la paciencia).
Freud: Jeje, gracias.
Regalo de dios
Yo puedo decir que si existe, entonces hace regalos muy bonitos.
Hola, como estas ???
Permiteme presentarme soy Romina administradora de un directorio de blogs y webs, visité tu página y me parece un exito, me encantaría contar con tu site en mi sitio web y asi mis visitas puedan visitarlo tambien.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme
Exitos con tu página.
Un beso
rominadiazs@hotmail.com
Que bello relato, una historia que a mi me pareció original y plena de amor. Felicidades, es además un nombre muy bello.
tssss, lo mala onda que soy que apenas vine a leer el post éste, y lo bonito que está, que el nombre venga desde motivos futboleros. También gusta mucho que tu nombre quiera decir Regalo de Dios, te hace un pelín más divina de lo que eres usualmente.
Lo triste triste es enfatizar con tanta convicción la hinchada a los Pumas. Pero vale, vamos, todo mundo ha sido joven y tiene derecho a errar.
Saludos, Regalo de Dios!
Interesante la historia, punto aparte, alabada sea la mano, si la mano de poker que permitió a tu tío llamarte Darinka y venditas sean las deudas de juego, pues no me imagino llamándote Elizabeth, y menos con tres nombres, si con dos en ocasiones es un suplicio y mira que lo digo con conocimiento de causa (la historia de los míos creo ya la sabes) y hacer diplomacia entre la familia no siempre resulta sencillo.
Un gran saludo.
Jaja, que patetico nombre. Es igual o peor que un Brandon Martinez o una Britney Lopez. El que sea nombre yugoslavo no le da mas cache.
Kyuutz: (Beso como quien muerde un queso)
Brigante: Gracias.
Rufián: Siempre he pensado que eres casi perfecto. Pero irle al Cruz Azul demuestra tu condición humana. Insoportablemente humana.
Francisco: Honestamente no recuerdo si me contaste tu historia.
Anónimo: Qué ironía: el sin nombre criticando un nombre.
(Estos trolls cada vez vienen más bestias)
Confieso que yo pensaba que el nombre era una demostración de intenciones políticas. Mira tú. En todo caso, te queda de maravilla.
Pero, como en los gatos, el mejor nombre es el que nadie conoce: http://pontricaciocontricanis.posterous.com/the-naming-of-cats
Oh!! en serio me gustó tu historia, que simpática :) sabes yo también me llamo Darinka (para variar) jaja.
La historia de mi mombre es mas o menos peculiar, recuerdo que cuando mi mamá me contó que me ivan a llamar
Blagica, en serio no lo podía creer, qué? Ufff que bueno que no fue así, ese nombre no me gusta... Oh Dios!! Desde luego mi papá quería ponerme el nombre, y obviamente quería que fuese Yugoslavo. Así que un amigo le recomendó el "famoso nombre" y de hecho a todos les pareció lindo. Lo que no sabían, es que era el nombre de una novia que él tuvo; si muy gracioso lo sé, en realidad no importa, me gusta mi nombre y no lo cambiaría por ningún otro.
Hasta luego Dari jaja
Me encanta suena bien no?
haha, dary dary, haha, perdon, tengo una compañera llamada Daryela y asi es como le decimos, una historia muy interesante y peculiar la tuya, y que bonita manera de decir el nombre final, antes no se pusieron a jugar blackjack (21), eso si seria mas de azar.
saludos
y estoy en contra de ese mendigo anonimo.
yo naci en el mundial del 86 y mi madre me nombre darinka por lo mismo, wow yo pense que mi madre era la unica enajenada del deporte que saco la insiracion del mundial para nombrar a sus hijos jajaja
Hey! Llegué por "casualidad" a tu blog y me encantó este post... Me llamó Darinka por la misma razón, solo que yo nací en junio del 86 (al parecer la hija de Bora acababa de nacer) mi abuela lo escuchó, lo propuso y fue aceptado... Aunque a mi si decidieron ponerme los 3 nombres jajaja. Tiempo después supimos que significaba regalo de Dios y bueno qué mejor! Modestia aparte, sé que lo soy :D
Saludos y creo que seguiré leyendote!
Tengo el mismo nombre. Y en mi caso, por circunstancias buen poco complicadas de la vida, mi primo fue el que escogió mi nombre. Del igual manera me encanta el soccer. Ya no lo práctico porque me rompí los ligamentos. No sé mi primo de dónde sacó el Darinka, y lo malo de él es que le va al América mientras que una servidora es 100% Puma.
Saludos y excelente redacción.
Hola. Soy Darinka Milutinovic. Me gusto tu historia.
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