A los niños fallecidos el 5 de junio de 2009 en el incendio en la guardería ABC en Hermosillo
A los niños que sobrevivieron.
A los que nos quedamos.
Ciertas heridas no cicatrizan pese a la indiferencia más monstruosa.
La luz de esos espíritus, los que se extinguieron y los que persisten;
el fulgor de quienes ya no están llegó hasta esta ciudad.
El olvido ha puesto un semblante institucional de indiferencia oficial,
de insensibilidad gubernamental y desdén burocrático.
Pero hay quien los conserva en la memoria,
como trozos de dicha que se ha ido,
como quien sabe que el cielo aguarda
y en la tierra habrá quien no guardará silencio.
Por ellos, por los niños de Hermosillo.
No hay una despedida, sino un recibimiento eterno en el corazón.
Son éstas las cosas que no deben de olvidarse.
Son éstos los sucesos que no deberán de repetirse.
Y aunque estamos en apariencia distantes
nos une la misma sed. De justicia. De Paz. De sosiego.
Para ellos. Por ellos.
Vigilia por los niños del ABC. Ángel de la Independencia. Ciudad de México.
3 comentarios:
Duele mucho lo extraordinariamente cotidiano.
Ni qué decir.
Saludos desde argentina! Muy buen contenido tiene tu blog.
Saludos!
Cuando la desidia se convierte en tragedia. Pasa en este país todos los días, desafortunadamente.
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