jueves, 24 de septiembre de 2009

Pormenores de una ciclista amateur: Segundo Congreso de Ciclismo Urbano


Estuve a medio pelo de quedarme sin pedalear. En una ciudad desconocida, repleta de rostros tan amigables como extraños, era de esperarse que me costara trabajo conseguir una bicicleta prestada. Eso, aunado a mi ingenuidad e impericia me llevaron a estar a punto de soltarme a llorar mientras todos se encaminaban al paseo ciclista jalisciense. Fue el Segundo Congreso de Ciclismo Urbano el motivo que me hizo encaminarme a Guadalajara una madrugada de viernes al salir de trabajar.

Si los ángeles se mueven entre nosotros, no cabe duda que andan en bici. Así fue su llegada: magistral por inesperada, feliz por pertinente y oportuna, boyante por espontánea. Con todo y que apenas lo conozco, puso frente a mí una bicicleta que a mis ojos se hizo rara, porque nunca me había subido a un artefacto que no tuviera los frenos en el volante y porque soy neófita en los menesteres bicicleteros.

Pero estaba ahí; dispuesta para que le diera vuelo a mi ímpetu de libertad, a mis ansias de camino… a mi exploración ciclista en calles ajenas. Miguel se quedó sin bicicleta porque no tuvimos la precaución de registrarnos con anterioridad y lo mío fue un prodigio de visitante con buena suerte: no cabe duda que lo mío son las coincidencias dichosas.




Salimos a la velocidad que nos confieren nuestras piernas a lo que creo que es el Andador Escorza. Ahí estaba la euforia, la emoción y la alegría de nuestras bicicletas bajo la suave penumbra de un cielo tapatío. Pero llegar hasta ahí fue un vértigo que nunca olvidaré, porque finalmente no he dejado de aprender a andar en bici.

Para empezar, tuve que seguir a otros ciclistas más aguzados entre una Avenida Juárez repleta de autos y dominando los frenos en una bicicleta insospechada. Al llegar al primer semáforo sentí que el corazón se me salía del pecho: casi me llevo a un limpiaparabrisas de crucero. Luego siguió el inconveniente del peso y que no podía acomodar los pedales como lo hago siempre en mi Benotto de montaña.

Pero Darinka Rodríguez no anda en bicicleta por una casualidad. Fueron mi terquedad y mis ganas las que me llevaron a aprender a guardar el equilibrio en una bici a los veintiún años y no antes; de manera que ninguna nimiedad de forma me habría de frenar en mi intento por recorrer Guadalajara en Bicicleta.

Yo no era la única vagabunda defeña perdida en un océano de locales, puesto que varios me contaron sus travesías desde diversas partes del país y del orbe, y todos coincidíamos en nuestro gusto casi religioso por las bicis.

Antes de salir comenzó la sinfonía de las bicicletas cuando al unísono sonaron los timbres… y comenzó la travesía crítica más venturosa, el Critical Mass; un grupo de empecinados ciclistas robándole trozos de calle a las despiadadas máquinas de combustión interna, ganándonos el respeto de los ociosos, estableciendo con un paseo que una calle sin bicicletas es como dormir sin soñar.

Llegamos a una plaza donde todos reunidos en ambiente triunfal levantaron en estandarte más portentoso del albedrío más desenfrenado. Ruedas arribas y el optimismo vociferaba independencia y desapego. Éramos la libertad en bicicleta clamando un espacio para andar.

Unas trescientas bicicletas nos aventuramos a las calles haciendo oídos sordos a los claxonazos, a las mentadas de madre y los insultos de los obtusos, cantando, riendo, soltando consignas de libertad a quien quisiera y a quien no, escucharlas.

Supongo que es una de las formas no sólo más visibles, sino más eficaces de hacerse notar en una sociedad empeñada en motorizarse en pos de un progreso banal, porque arrasa con todo cuanto nos ata a la tierra.

En el camino respiré la soltura de lo insospechado y me sentí tan cómoda aprendiendo a manejar otra bici: la pública, la de todos. Practiqué una nueva forma de frenar, descubrí un nuevo estilo de pedaleo y cultivé el arte de hacer amigos en un par de ruedas.

Esa noche, Guadalajara y sus miles de tapatíos no se bajaron de sus autos, pero vaya que supieron de nosotros.

***

Todas las noches, cuando salgo de trabajar, veo colgada una bicicleta fantasma en la lateral de Periférico en memoria de quien falleció en su bici. Es ésa una de las razones que hacen que los ciclistas nos juntemos y exijamos respeto, porque no se trata sólo de quién puede más, sino de coexistencia. Que ande en bici quien quiera, y en auto el que tenga más prisa, pereza o sea su único recurso. Pero, señores automovilistas: ya es hora de que nos otorguen nuestro lugar en las calles.

Bajo esa y otras premisas se llevó a cabo este congreso, con la experiencia de extranjeros más afortunados, combativos como nadie, con las historias de otras ruedas y otros caminos y con el deseo de montar al mundo en una bike.

Mi estadía en Guadalajara finalizó con el riguroso paseo dominical y una sonrisa de oreja a oreja por la ventura que me dejó en la memoria.

De regreso a mi ciudad, traje conmigo un compendio de entrevistas, fotografías, una lista teléfonos, algunas lecturas, muchas horas de ponencias que estudiar y una camiseta bicicletera.




***

Un año atrás, el Primer Congreso de Ciclismo Urbano pasó en mi Ciudad de México sin que supiera de su existencia, porque andaba pedaleando en la comodidad de mi colonia, tratando de darle equilibrio a mi bicicleta por vez primera. El Segundo que relato me supo a tortas ahogadas. El tercero se avizora donde los ángeles: Puebla. Ya me veo dando traspiés en otra bici prestada y luego yéndome a comer un mole poblano.

Y es que por más que quiera, sigo aprendiendo a andar en bici…




miércoles, 23 de septiembre de 2009

Literalgia IV: Ensayo sobre el olvido


Cuando la vulnerabilidad se miró al espejo, encontró olvido transparente. Las memorias en un descuido se diluyeron en la superficie del cristal embustero: la salida fácil del atormentado por la memoria. En la brutalidad de la conciencia más desalmada existe el olvido como ingrediente impío de una lucidez cínica.

Es el olvido el artificio más filoso para la emotividad de los románticos y el abanico que agitamos cuando el bochorno de lo vivido nos colorea las mejillas de desencanto. Refugio de los torpes por excelencia, es la carretera de cuota del destino: hay que pagar con el impuesto de nuestros recuerdos para arribar a la indiferencia. Idilio de los cínicos y panacea de los desesperados; es el último recurso para las almas sin sosiego.

***

Durante días charlamos sobre cómo la lluvia dejó de ser harina de agua cerniéndose tierna en nuestras nucas para volverse una dolorosa convulsión de nubes. La tormenta se llevó en su caudal un montón de papeles sin sentido, un baúl perfumado con las cartas de un viejo amor, y unos vehículos que ya no circulaban de tan viejos. Descompuso el orden impuesto y trastocó nuestros nervios.

Para otros más dichosos, el aguacero fue de besos y el chaparrón fueron caricias sobre la piel. A unos les llovieron verdades y a unos más, la leve llovizna del deseo les alborotó el calor insufrible de la distancia.

Para los más desgraciados, el granizo aplomo de la realidad agujeró el techo de las soberbias más duras y la tormenta fue tan eléctrica que erizó los vellos de la altivez más mundana.

Al final, nuestras ropas despedían ese hedor húmedo de tormenta necia perteneciente un verano que se postergó hasta un punto insoportable.

A todos nos llovió: quedamos empapados del último mendrugo de cielo y de la humedad que las nubes no soportaron.

-Ha llovido tanto estos días…
-Tal vez mañana llueva
-Ojalá y no… -y al decir esto, tiré la sombrilla en el rincón del garaje.

Ese día, las llaves celestes se cerraron y nos olvidamos de la lluvia. Perdimos las anécdotas en el camino pedregoso de la ingratitud olvidadiza. Se reconstruyeron los techos del orgullo y se levantaron las infames columnas de la vanidad. Nos sacudimos las gotas de melancolía de los cabellos y fingimos que la tormenta había pasado. Reescribimos el amor en papel nuevo y usamos la tinta indeleble de lo artificial.

Pero de todo cuanto fingimos aquéllos meses de benevolencia, no nos habría de durar más que una estación. Días ha, percibimos en la atmósfera el aroma azul de la humedad que se avecina ycorrimos a la sombra más cercana a guarecernos de lo inexorable.

***

Cesamos la memoria pluvial con el juicio más despierto de nuestra crueldad; nos hicimos de la memoria corta y arrugamos los papeles de lo aprendido.

Asimismo, olvidamos el huracán de odio de la colectividad, la lluvia de besos en que pusimos el alma y que nadie nos correspondió, el chaparrón de promesas que no nos dio la gana cumplir, el rencor que sobrevino al aguacero de indiferencia y las ganas que nos sobraron cuando finalizó la llovizna de deseo. Fingimos primaveras y edificamos en vano.

Siempre llueve... por más que tratamos de pronosticar los recovecos de la lluvia y de vaticinar a sabiendas de que se nos va a quebrar el corazón cuando granice realidad; siempre, siempre, siempre, andamos sin paraguas… y el recuerdo no ha querido escampar.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Tarjeta de Cumpleaños

Llevo ya veintidós años de conocerte…

Desde siempre te has llevado todas mis palabras, porque lo primero que alcancé a balbucir fue tu nombre y no he podido dejar de pronunciarlo; desde siempre te has llevado todos mis besos, porque aún cuando estás lejos el beso matutino es por excelencia para ti; desde siempre he despertado con tu voz, porque aún cuando soy yo la distante, el timbre de tu voz resuena en mis oídos, con el sol en la ventana y con el desgano usual del mundo.

Siempre me ha sorprendido la alegría que se refleja en tu mirada, el sabor a cariño de tus sándwiches, esa cálida dulzura en el café que me preparas y la complicidad venturosa de tus consejos. Caramba, si hasta tus regaños me suenan a ternura.

Nunca supiste de álgebra, pero hiciste ecuaciones con los días y multiplicaste tus horas de tal forma, que ni el científico más avezado supo la fórmula que usaste para irte a trabajar y cuidar de mi fragilidad al mismo tiempo. Nunca supiste de química, pero evitaste del cloruro de sodio en la sopa y lo sustituiste por sacarosa en los pasteles.

Sólo tú pudiste enseñarme a rockear, a identificar el arte más sutil y las notas más alegres de una canción, a colorear los días con las crayolas de una sonrisa y espolvorear diamantina de felicidad en los días nublados. Sólo una persona como tú pudo ilustrarme en el arte de la diversión y revelarme cuán fructíferos pueden ser los desvelos bien encaminados. Quién sino tú pudo mostrarme las virtudes de una imaginación elástica, las bondades de un cuento y los secretos guardados en los libros. Me explicaste con paciencia las variables de las palabras bien dichas y expusiste con claridad que más allá de la verdad estamos nosotras.

Y no hay mejor coartada que tu cumpleaños para escribirte. Creo que es más bien un pretexto y no un motivo porque cada que escribo de mí misma es como si hablara de ti. No es que sea tacañería ni un impulso codo, pero no encontré mejor obsequio para tus cuarenta y cinco (chin… ya te balconeé).

Puedo ser cursi, y regalarte el amanecer de cada 10 de septiembre de este milenio. Puedo ser megalómana y regalarte el mundo con toda su hermosura. Puedo ser mentirosa como política y regalarte un ramo hecho con las rosas más rojas que haya de aquí a la orilla del mar. Puedo ser una poeta intransigente y regalarte la luz alegre de mis ojos en una cajita hecha con la noche en verso. Puedo ser ingenua y regalarte un libro, un CD o una casa y creer que con eso estarás satisfecha.

Pero soy realista: te regalo mis palabras, mi primer beso de cada día, mis abrazos más fuertes y más verdaderos y el tiempo que no me sobra, sino que busco para ti.

Porque cada año que celebramos tu cumpleaños, nos empapamos de la alegría de estar juntas, de los momentos que ni con Alzheimer se desdibujan y de la certeza de que no hay mejor relación entre madre e hija, que la escrita con la tinta de nuestra amistad, tejida con los hilos de nuestra complicidad risueña y cocinada en el horno de la dicha.

Feliz Cumpleaños Mami. Te amo de aquí al fin del mundo.




Café con leche. Aquí se nota que estamos igual de locas las dos. Por eso te quiero más: porque estás bien loca.

lunes, 7 de septiembre de 2009

La Infinita Temporalidad de la Música-III


En el ánimo más cursi de los cretinos nostálgicos, no hay vicio más deleitoso que poner una y otra vez las canciones que en el pasado estuvieron cargadas de significación. Hay quien dice masoquismo… yo digo que nos encanta ponernos el pié y sabotearnos la memoria a costa de una ventura pasada. Que hayan pasado ya muchos veranos entre aquéllos momentos y los tiempos como éstos no les resta un gramo de trascendencia.

Sin embargo, el granuja melancólico tiene en ocasiones que meter freno de mano para no apresurarse al abismo del recuerdo petrificante, pues se corre el riesgo de padecer estados psicóticos melódicamente intranquilos. Imagine usted un espasmo que no olvida y empecinado en recordar, sonorizado al gusto del melómano cursilón.

(Yo Darinka, con mi absurda gandallez pisoteada y con toda la crueldad de mi obtusa remembranza; me he visto en la necesidad de sacar de mi Ipod ciertas cancioncitas y sus desasosegados sonsonetes de sueños rancios. Inclusive los desafortunados CD’s han sido empacados en el baúl del olvido más profundo. Aunque aún no haya borrado tales melodías de mi Itunes, han prescindido de la palomita que hace que se reproduzcan en un descuido de la distracción del Shuffle.

Por salud mental, he botado ciertas sinfonías gastadas y tonadas aletargantes. Adiós… Si te vi, ni me acuerdo. No sé cómo va la canción. Se me olvidó la tonada. Abur... lárguese de mi Itunes.

Y no sólo eso. Es increíble cómo en la página de LastFM de un clickazo se puede borrar un año de música. Ahora sí: he terminado mi proceso de depuración musical.)


Nótese la rola que estaba reproduciéndose en el momento... ¿Casualidad?

Ando arrastrando los piés…

Sabe usted bien que el modo Shuffle en cualquier reproductor de música, puede ser el oráculo más acertado o artilugio dtecnológico idóneo para acorralarnos contra la pared de lo acontecido.

Llama la atención que el modo aleatorio de estos programas que hacen las veces de tocadiscos, tenga a mal llamarse SHUFFLE. Busque usted el significado en algún diccionario Español-Inglés y viceversa:

Shuffle:
1 n (a) to walk with a- Caminar arrastrando los piés.
(b) (Cards) barajadura f; to give the cards a – barajar las cartas: whose-is it? ¿a quién le toca barajar?

2 vt (a) feet. Arrastrar.


O Steve Jobs es un mequetrefe o no pudo imaginarse el marasmo en el alma frágil que clickea Shuffle y va arrastrando los piés en cada nota...


2003-2005: Coyoacán en el alma y mi mosaico de musicalidad

Quienes vivieron esos años conmigo saben que fue una de las temporadas más dichosas, extravagantes y memorables de mi vida.

Presenté mi examen para ingresar al bachillerato y sin la menor complicación mis rumbos se trasladaron a las calles de Coyoacán: Corina No. 3 Del Carmen Coyoacán y la Escuela Nacional Preparatoria Número 6 Antonio Caso.

En esa prepa todos eran tan raros y tan ñoños como yo. Albricias.

Necesitaba material nuevo para mi Discman (en esa época, todavía se usaban los discman. Los reproductores mp3, Ipods y demás enseres digitales aún no eran populares).

Supe lo que era el positivismo y lo deseché de mi mente, me hice discípula de la escuela del cinismo y volví a Diógenes mi mentor. El primer año nos quemamos las pestañas con unos 50 libros y los exámenes de historia eran 10 preguntas a desarrollar en 50 minutos: todo el examen escribíamos unas cuatro cuartillas infestadas de historia universal.

Fue ahí donde conocí a mis maestros más entrañables, como Froylán M. López Narváez (no se pierda su columna todos los miércoles en Reforma) o mi gurú, Luis Darío Salas Marín. Caramba… hacen falta profes como ésos en mi Rancho-Escuela.

Basta de ya palabrería que evoca. Vayamos a lo nuestro:


Los Auténticos Decadentes: Si usted no se conmueve con Osito de Peluche de Taiwán… hay tabla.

Mi favorita era La Guitarra, la que coreábamos al unísono cuando íbamos ya en sexto. Y sigo sin querer ir a trabajar, ni estudiar… quiero tocar la guitarra todo el día.

Latin Ska Force: De mis mejores discos en la prepa. Lo descubrí cuando iba en quinto y Ernesto y yo nos hicimos fans. Tiene ese toque de unión latinoamericana y el canto ideológico de libertad de la que todo adolescente es presa en algún momento.

El cover de Esto no es una elegía, La Polka Pelazón, Un Lejano Lugar y Skápate son mis preferidas.

Ely Guerra: Ojos claros, labios rosas. No necesito decir más.

Cuatro Caminos, Café Tacuba: Cuando andaba de cursi, cantaba Mediodía. Cuando andaba alegroide, Eo.

Rocanolver: En tu planeta me quedé… dedicada a Miguel.


El mejor descubrimiento para un adolescente furioso: el Grunge de Nirvana. You know You’re Right y sin faltar: Smells Like Teen Spirit


Los clásicos: Darinka no se puede desprender de sus raíces de cantautores.

Silvio en la prepa fue un hit, porque hablaba de Cuba y yo siempre me opuse al bloqueo. Era como la materialización musical de mi pensamiento que gusta de leer a Kapuscinski, a Galeano y a Fukuyama.

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Otra vez… ¡ahí viene el pop!

Coldplay: The Scientist es la rola popera de la Prepa. Sobre todo por el vídeo.

The Coral: La favorita es Dreaming of You. Hasta en Alfa la pasaban…

Green Day: Siguiendo en mi mood latinoamericanista, me gustaba contradecirme a mí misma cantando American Idiot, aunque bien sabía que eran gringos bien puestos los que escupían al cielo.

SOAD: Para ponerse un poco rudos, nada mejor que Toxicity o Chop Suey.

Evanescence: Cursi-violento de escaparate. Era la época, nomás.

Nelly Furtado: Y la rola que me marcaría hasta hoy: Try. El que es melancólico no deja de serlo aunque pasen los años.

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Aquí viene la mejor parte. Fue en la prepa donde consolidé mi gusto enfermizo por un par de bandas.

En rigor, para mí éstos fueron los discazos de U2 y Depeche en la prepa:


How To Dismantle an Atomic Bomb: ¿Cree usted que el nick de atomicdarinka es gratis? He aquí su origen. Salió en 2004, justo la época en que saqué mi primer mail.

The Best of 1990-2000: La noche de día de reyes del 2003, Miguel me regaló el DVD de este disco. De esos vídeos devino mi gusto, que ya había empezado años atrás, pero que acá se hizo religioso.

The Joshua Tree: Sepa usted que el día 3 de junio de 1987, With Or Without You estaba en el número 1 de Billboard. Ese hecho me marcó.

Este disco es El Disco.

War: Claro… estaba en la prepa. Una y otra vez cantaba Like a Song. Su contenido político me encantaba, la voz rebelde en pos de la libertad, el puño levantado por el domingo sangriento. Finalizando con 40. El disco de los eternos adolescentes.

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The singles 86-98: Con todo y que vivía con 30 pesos al día, me las arreglé para comprarme este disco en Mixup. Fue mi primer CD de Depeche.

101: al escucharlo, siempre me imaginé que estaría un día en un conciertazo de esos. El primero lo viví hasta el 2006. Ya viene el del 3 de octubre.

Playing The Angel: Éste salió en las postrimerías de la preparatoria. Lo incluyo en esta temporada porque lo escuché hasta el cansancio antes de que me hiciera universitaria.

Music For The Masses: A mi gusto, es uno de los mejores de Depeche. Sobre todo por Nothing y Never Let Me Down Again.



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Una vez que uno pasa tres años en esas calles, se lleva a Coyoacán en el alma. Lo que me dejó la prepa, además de un cúmulo de teorías y conocimientos, fue un puñado de amigos entrañables como mi hermanito Ernesto.

Y sí… soy de esas que gustan autosabotearse a costa de la música mientras arrastra los piés. Soy de la clase de cretinas que de un clickazo borra canciones. Soy la clase de bribona que cree en el infinito, porque la misma rola que escuché en 2004 me sigue sabiendo igual en 2009.

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La Música lo es todo, menos el mundo.



jueves, 3 de septiembre de 2009

Yo twitteo, tú blogueas, él facebooquea, nosotros…


…Somos onanistas, sin duda. Es quehacer cotidiano pasearse por los blogs consentidos, twittear nuestro mood, postear nuestras fotos en Facebook y demás menesteres virtuales. Pero observe bien cómo está compuesta esta afirmación: twittear nuestro ánimo, es decir, Twitter como verbo. Si la Darinka de 2006 me pudiera verme twitteando haría un respingo de incomprensión. ¿Cuándo hicimos de tales artificios no sólo un verbo consuetudinario, sino un modus vivendi? (no obstante, de lo más ñoño).

Parece ser que hemos trasladado nuestros días a una virtualidad sin fin. No es que me parezca una pérdida de tiempo ni un oficio vano (de no ser así no tendría Facebook, Myspace, Twitter, Hi5 y demás endemoniadas redes). Visto como un pasatiempo contemporáneo, me parece de lo más divertido. El punto al que quiero llegar es que en ocasiones se nos va la vida en las redes, y no hay película, libro o disco sin su correspondiente review, no hay pachanga que haya pasado desapercibida en nuestros álbumes de fotitos ni anécdota que no haya sido posteada. Es como si viviésemos en función de lo que después contaremos en estos espacios.

Inclusive ya nos hemos hecho de una jerga especializada: DM (Direct Message), Trendic Topic (los temas del día) y otros que ya no recuerdo…

Por eso, estimadísimo lector, que no le extrañe que pase semanas y semanas sin postear ni el más mínimo devaneo en éste, su nada humilde blog. Asimismo, hay días en que aborrezco Facebook por la cantidad de nimiedades y frivolidades que se desdoblan (eso, por no hablar de los interminables e insulsos test). Otras veces me da por vomitar mis propios posts.

Siempre pensé que primero tengo mis vivencias y luego, si me apetece, las posteo. Cosa que no me sucede escribiendo. Escribo como actividad casi enfermiza que me rebasa, pero muchas de esas cosas ustedes no las verán, o están en mis libretas más secretas guardadas en los libreros más escondidos de mi habitación de techo azul.

Si usted postea más de lo que vive, no cabe duda que es cliente fácil de estos aparatejos idiotizantes y, sin afán de ofender, lo que usted tiene es un remedo de vida.



Yo Confieso… que no he twitteado

Basta pasar una brevedad en estos lares, ubicados en algún remoto servidor del que desconocemos la nacionalidad, para que observemos a un cúmulo de especímenes pintorescos, peculiares y en ocasiones muy originales.

Existe en circulación twittera el famosísimo Trendic Topic #Yoconfieso. ¿Qué es lo que confesaría un twittero promedio en 140 caracteres? Yo digo que...

@Kyuutz #Yoconfieso que me fui de vacaciones y descuidé mi blog y mi twitter.

@rufianmelancoli #Yoconfieso que voy por la tercera chela y no he escrito nada de lo que debo.

@andieonmotion #Yoconfieso que el Emo es mi profesor preferido.

@MiyamOtOscar #Yoconfieso que en ocasiones me vuelo la tarea de Wikipedia

@monerokabeza #Yoconfieso que Chihuahua es mi rancho preferido.

@RaulLuna #Yoconfieso que no he preparado mis clases por estar twitteando.


Claro, todos ellos son mis amigos… ¿Y qué de los famosos twitteros?

@BarackObama #iconfess I've thought that @britneyspears would be a good vice-president

@Astro_Jose #Yoconfieso que me eché una pestañita en el Discovery mientras llegábamos

@lancearmstrong #iconfessI think @acontador is an asshole

@Schwarzenegger #iconfess I’ll be back at movies soon!

@felipe_calderon #Yoconfieso que @cesarnava redactó muy mal el informe. Hum!


¿Ha pensado usted qué pasaría si Dios tuviera Twitter? @sallesino ya lo pensó. Consúltelo aquí. Divertimento a costas de la religión (no apto para devotos, recomendado para cínicos)


Yo Bloguearé…

@atomicdarinka #Yoconfieso que a veces me da hueva postear en mi blog.

@atomicdarinka #Yoconfieso que le daré continuidad a mis Literalgias y a mis posts de música

Lo cual es completamente cierto. Por eso, en un afán de redención gazmoña, me propongo hacer de este espacio, mi simulacro de lo que sería hacer una entrega semanal. Veamos si puedo superar mis inconsistencias y si mi resistencia a no dormir se prolonga lo suficiente.

Mientras, seguiré pensando que puedo vivir una vida más allá de Twitter, Blogger y Facebook.

Pronto postearé mis reflexiones.